Toma tu teléfono móvil y entra en Layar.
Gira y verás otro mundo en tu pantalla porque ahora a ese entorno conocido se le puede añadir etiquetas, imágenes o videos.
La tecnología que hace esto posible es simple y está disponible en casi todos los teléfonos inteligentes, aunque tiene el ampuloso nombre de realidad aumentada o AR.
Interesante artículo de William Perrin en The Guardian.
Se me ocurre que incluso los centros docentes (al menos los que son tan grandes como el mío) deberían tener, si no su capa, sí -al menos- su nicho en una capa más general donde no sólo hubiera un enlace a la web, sino a aspectos más concretos como estudios que se cursan o a vídeos promocionales.
No sé. Será cuestión de proponérselo al jefe del Departamento de Innovación.
Toma tu teléfono móvil y entra en Layar.
Gira y verás otro mundo en tu pantalla porque ahora a ese entorno conocido se le puede añadir etiquetas, imágenes o videos.
La tecnología que hace esto posible es simple y está disponible en casi todos los teléfonos inteligentes, aunque tiene el ampuloso nombre de realidad aumentada o AR.
Interesante artículo de William Perrin en The Guardian.
Se me ocurre que incluso los centros docentes (al menos los que son tan grandes como el mío) deberían tener, si no su capa, sí -al menos- su nicho en una capa más general donde no sólo hubiera un enlace a la web, sino a aspectos más concretos como estudios que se cursan o a vídeos promocionales.
No sé. Será cuestión de proponérselo al jefe del Departamento de Innovación.